Epistaxis
(epí stázo – Hemorragia nasal). [griego, antiguo]
El primer paso que debe seguirse en estos casos, es el de tener la experiencia necesaria para saber que es lo que se debe realizar cuando un paciente presenta un cuadro de estas características. Solo se consigue con la investigación y el análisis de la información obtenida.
Recuerdo anatómico.
Las fosas nasales son dos cavidades anfractuosas que contienen estructuras irregulares en su interior, estas cumplen diversas funciones, como calentar, humedecer, filtrar, el aire inspirado; además, de la función capital en la olfacción, que en adultos tiene o cumple una función social, sexual y alimentaria.
La irrigación de las fosas nasales tiene como componentes principales a la carótida externa y la interna. Esta es dada mediante las ramas de la facial, coronarias superiores, arteria del subtabique, palatina mayor, esfenopalatina, maxilar interna, para la carotida externa. En la carótida interna, la irrigación se produce a través de las aterías etmoidales anterior y posterior, ramas de la oftálmica, rama única de la carótida interna.
Ambos sistemas confluyen en dos plexos, uno anterior y otro posterior.
El plexo posterior, menos conocido o Plexo de Woodruff sinónimo de la esfenopalatina, se localiza en el agujero esfenopalatino localizado aproximadamente 1cm por debajo y anterior al borde posterior del cornete inferior; la rica distribución y anastomosis que se presenta en esta zona puede llegar a comprometer la vida, por la dificultad que se presenta para cohibir este tipo de sangrado.
Clasificación:
Las Epistaxis se pueden clasificar en tres tipos, según el área de sangrado:
1. Epistaxis Anterior. (EA) La más frecuente. Corresponde al Plexo anterior o de Kiesselbach, que comprende aproximadamente el 96 a 98% de los casos. El tratamiento generalmente suele ser la cauterización o el taponamiento.
2. Epistaxis Superior: (ES) La segunda en frecuencia e importancia, después de la anterior. Generalmente proviene de las arterias etmoidales anterior o posterior. Menos frecuente, importante por ser difícil de localizar e identificar en el personal inexperto, por la falta de conocimiento de la región anatómica. Puede llegar a comprometer el estado general por la persistencia del sangrado. Este tipo de sangrado, muy poco descrito, suele ser el más frecuente en pacientes con traumatismo nasal y fractura con sangrado secundario masivo.
3. Epistaxis Posterior: (EP) La menos frecuente, cuando se presenta puede llegar a comprometer la vida del paciente, por la magnitud del sangrado, y por la dificultad que representa el acceso a la zona para localizar el vaso sangrante.